La Selección, dirigida por Pablo Prigioni, cayó ante Bahamas en el Preclasificatorio y perdió su oportunidad de competir en los Juegos Olímpicos de París 2024.
La esperanza se desvaneció para el básquetbol argentino mientras la Selección nacional quedaba con las manos vacías en el Preclasificatorio celebrado en Santiago del Estero. En un emocionante encuentro el equipo dirigido por Pablo Prigioni enfrentó a Bahamas en la final, pero finalmente cayó por un ajustado de 82-75. Esta derrota significó la pérdida del boleto a los Juegos Olímpicos de París 2024.
Bahamas emergió como el equipo triunfador, asegurando su lugar en los Preolímpicos de julio. La siguiente fase de competencia contará con equipos como Bahrein, Croacia, Camerún y Polonia. La dinámica de la contienda involucra cuatro grupos de seis equipos cada uno, otorgando a los vencedores de cada grupo la codiciada clasificación a los Juegos Olímpicos de París 2024.
De la Gloria a la incertidumbre
La amarga realidad es que la Selección argentina, conocida por su legendaria victoria olímpica en Atenas 2004, sufre otro golpe a su orgullo. Además de quedar excluida de la oportunidad de competir en París 2024, también experimentó la amargura de no asegurar su participación en el próximo Mundial, programado para iniciar el 25 de agosto en Filipinas, Indonesia y Japón.
Este infortunio marca el fin de una racha de cinco Juegos Olímpicos consecutivos en los que el equipo albiceleste estuvo presente. La última vez que enfrentó tal desafío fue en los Juegos de Sydney 2000. El futuro del básquetbol argentino se ve ahora envuelto en interrogantes, con la necesidad de reevaluar estrategias y encauzar esfuerzos para recuperar su lugar en la escena internacional.